martes, 17 de marzo de 2009

Lo siento Mario, la princesa no está en este castillo


Alguna vez han intentado ponerse en el lugar de Mario cuando al llegar al castillo, después de romperse las bolas para llegar y para chingarse al bowser, y por fin cuando creía que se iba a desatar con una noche de sexo con la princesa, ésta se hacia humo y se transformaba en el puto honguito??? aaaa pobre Mario, ni pedo, al siguiente castillo. Pero así es la vida.

  1. ¿por qué hay una raza de chicas que sólo están felices y contentas cuando se sienten “enamoradas”, que sólo pasan de un estado dependiente a otro (entiéndase novio por novio) y nunca son capaces de estar soooolaaaas (esto se lee con voz tenebrosa)? Es terrible tener que bajarle la vieja a alguien sólo por que la morra era una obsesa que se mantenía en una relación donde se la pasa peleando y ya no soporta, además de que 2 de cada 3 viejas buenas caen en esta categoría, y pues hay que hacerles el favor de aclarar su nublada visión.
  2. Otro lado de la moneda es lo que le pasa a muchos cuando los abandonan se obsesionan con el hecho de que su cuasialmagemela no se de cuenta de el error que ha cometido y que tienen que demostrarle su equivocación ya sea terapeando su mente o secuestrando a sus mascotas, es deprimente. Además que en esos momentos se dan cuenta de que todo alrededor habla de sexo y romance, desde el 99% de todas las canciones en el radio, las revistas y la tele, hasta los pinches pájaros en el cable; obligando a que hagan un análisis introspectivo y se den cuenta de que son unos perdedores por no tener novia/novio.
  3. La tercera cara de la moneda (¿no sabían que tenía 3 caras malditos legos?) es cuando tú cortas a alguien, alguien que dice estar enamorada de ti. Aquí es cuando se necesita endurecer la piel para no caer en sentimentales reencuentros, que aunque satisfactorios en principio están condenados a terminar como lo hicieron anteriormente; cuando la sangre sólo debe fluir en una cabeza a los débiles mentales les recomiendo pajearse un par de veces antes de iniciar cualquier diálogo.

Podemos concluir que son desagradables todos aquellos que hablan como bebes con sus parejas, dicen te “amo mucho”, regalan tarjetas con personajes más desagradables incluso, como unicornios y esas cosas morbosas. Y que en general esta de la verga depender de alguien para ser feliz, relegar ese sentimiento a las manos de alguien que no seas tú mismo. "lo siento Mario, la princesa no está en este castillo"